Viendo ésta foto se puede apreciar perfectamente la labor tan importante que puede desarrollar el entrenamiento correcto del Parkour en nuestro cuerpo y mente.
Antes de realizar un salto de precisión, subconscientemente y por acto reflejo tendemos a colocar los pies en la posición que nos sea más cómoda e idónea para realizar el salto con potencia y perfección. Acto seguido procedemos a flexionar las piernas y mover los brazos hacia atrás para utilizarlos como ayuda para impulsarnos en el salto. Luego, a medida que vamos estirando las piernas para realizar el salto los brazos van lanzándose hacia delante y hacia arriba para ayudar al cuerpo a llegar mejor a nuestro punto de destino.
Es en éste momento, en éste mismo momento es cuando nuestra mente realiza la labor más importante.
Durante ésas milésimas de segundo que dura el movimiento de levantar el cuerpo desde la posición de piernas flexionadas para saltar, nuestros sentidos empiezan a trabajar.
Nuestros ojos analizan la distancia que hay hasta el punto a recepcionar, e inmediatamente envían la información al cerebro, el cuál, en milésimas de segundo interpreta la información y determina con qué potencia debemos realizar el salto para llegar con precisión al punto de recepción.
En el momento en el que el cuerpo se suspende en el aire, ya está todo hecho, ahora debes esperar en el aire hasta que te acercas a tu objetivo, en éste momento de nuevo interfiere la vista. Desde nuestras pupilas observamos la distancia a la que nos encontramos, analizamos la información y la enviamos al cerebro. Éste, de nuevo interpreta la información y decide cuando debemos empezar a estirar las piernas para poder recepcionar en el objetivo. En este momento, como se observa perfectamente en la fotografía, todos y cada uno de los músculos del cuerpo están completamente activos y en completa alerta para poder aterrizar con seguridad, o, si se diera el caso de fallar, poder corregir el fallo. Esto es un acto reflejo muscular.
Todos estos pasos que nuestro cuerpo realiza son fruto de nuestros reflejos subconscientes. Nosotros no tenemos tiempo de pensar en un segundo qué músculos debemos poner en alerta, a qué distancia estamos y cuántas milésimas de segundo faltan para aterrizar.
Resulta curioso, porque esto los primeros días/semanas de entrenamiento no sucedía con la misma efectividad. Sino que con el paso de los meses/años se ha ido entrenando y mejorando. Se mejoran los reflejos, se mejora la condición física y se mejora la mente.
Esto se puede aplicar a cualquier situación cotidiana:
Un día, mientras caminas por la calle, sin darte cuenta aparece un coche a mucha velocidad directo hacia ti. En ese momento se produce la misma situación que a la hora de saltar.
Nuestros ojos localizan el peligro inminente, y acto seguido mandan la información al cerebro, el cual debe tomar una decisión rápida y concisa para poder salvar la vida. El acto reflejo nos llevaría a tratar de saltar o movernos del punto hacia el que se dirije el automóvil para evitar la confrontación física. ¿Y qué ocurre en este momento?
Pueden darse infinidad de casos. Es posible que una persona normal, trate de saltar pero su acto reflejo muscular no haya sido lo suficientemente rápido y sea envestido.
Mientras que una persona con los reflejos mentales y musculares desarrollados actuaría con mucha más rapidez y efectividad. Porque sus músculos son lo suficientemente fuertes y tienen la suficiente potencia como para reaccionar deprisa y lanzar nuestro cuerpo tan lejos como sea necesario para salvar nuestra vida. Esto no quiere decir que ése individuo nunca pueda ser atropellado, quiere decir que tiene más posibilidades de sobrevivir que el individuo anterior. Y esto, ya es una ventaja muy importante que tienen los que llevan años entrenando el arte del desplazamiento. Aunque también se puede aplicar a un practicante de artes marciales, o cualquier individuo que practique algo por lo que su cuerpo y su mente sean fuertes para reaccionar al darse casos como estos.
Otro buen ejemplo es el siguiente:
Estás en tu casa (imaginemos que es un quinto piso de un edificio)y de repente sea como sea se produce un incendio.
Las llamas cubren casi todas las salidas y es imposible salir por la puerta.
Entonces la única salida que queda es salir por la ventana. Pero es un quinto piso!
Muy bien. Eso el individuo ya lo sabe. Pero es la única forma que tiene de salir de la casa. Pero salir de la casa no significa sobrevivir, todavía hay que bajar.
Un practicante de Parkour con experiencia es muy probable que se acercara a la ventana completamente decidido y bajara sin miedo.
¿Por qué?
Porque de un modo u otro, éstas ocasiones de la vida son justamente para las que se ha estado entrenando durante todos estos años, y ahora debe poner en practica todo lo que ha aprendido.
Seguramente el traceur conseguirá bajar ileso y sobrevivirá al incendio.
Pero, ¿qué pasa si ésta misma situación se le presenta a una persona con sobrepeso?¿O simplemente una persona que no esté preparada para bajar por las ventanas de un edificio desde un quinto piso?
Lo que pasaría es que probablemente caería.
Con esto quiero dar a entender que la practica del Parkour no es una simple afición, ni un juego. Que no se puede tomar como un deporte y nada más. Si no que ésta disciplina mental y física sirve para el día a día. Sirve para ayudarnos a nosotros mismos, a nuestra familia o a nuestros amigos y seres queridos en una situación de peligro.
Que nadie se lo tome a la ligera.
Hay que ser fuerte, para ser útil en la vida.
Jorge García
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